martes, 16 de agosto de 2011

Extraño profesor Grük


(Sturnus Vulgaris)

Uno de mis primeros contactos con la música se lo debo a mis padres. Mi hermana, la mayor, necesitaba un profesor de piano. Alguien que fuera capaz de proporcionar a la joven, el conocimiento necesario para extraer unas notas de aquel desvencijado armatoste que se pudría en una de las esquinas del antiguo comedor. Fue cuando una buena mañana, ante mi puerta, se apareció el Profesor Grük. El desconocido refirió que provenía del Baix Vinalopó, y que una vez; ya adolescente, al ver agonizando una luciérnaga en el borde de una piscina, decidió dedicarse plenamente a la música. Y la verdad es que era inquietante la forma que tenía de tocar el Profesor Grük. Esa manera suya de arrastrar las plumas por la gélida superficie de las teclas. A nadie de la familia sorprendió el aspecto de aquel anciano profesor. Ni aquella desmedida manía por fumar compulsivamente. A veces, llegaba a fumarse varios cigarrillos a un tiempo, mientras mi hermana trataba en vano de comprender aquellos desagradables trinos, mediante los cuales el profesor Grük articulaba sus oraciones.

- ¡Pero por el amor de dios, no os dais cuenta de que es un estornino?. Preguntaba a mis padres, crispado las más de las veces.

Pero ellos ignoraban la cuestión. Quizás por miedo a dañar la sensibilidad del viejo Grük, y cortar así, la alentadora carrera musical de mi hermana.

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