martes, 16 de agosto de 2011

El autodidacta






" Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Creo que hay quienes han comprendido esto. Sólo que han intentado superar esta contingencia inventando un ser necesario y causa de sí. Pero ningún ser necesario puede explicar la existencia: La contingencia no es una máscara, una apariencia que puede disiparse; es lo absoluto, en consecuencia, la gratuidad perfecta. Todo es gratuito: ese jardín, esta ciudad, yo mismo. Cuando uno llega a comprenderlo, se le revuelve el estómago y todo empieza a flotar...eso es la náusea.“

"Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad."

              
                                                     Jean-Paul Sartre

Extraño profesor Grük


(Sturnus Vulgaris)

Uno de mis primeros contactos con la música se lo debo a mis padres. Mi hermana, la mayor, necesitaba un profesor de piano. Alguien que fuera capaz de proporcionar a la joven, el conocimiento necesario para extraer unas notas de aquel desvencijado armatoste que se pudría en una de las esquinas del antiguo comedor. Fue cuando una buena mañana, ante mi puerta, se apareció el Profesor Grük. El desconocido refirió que provenía del Baix Vinalopó, y que una vez; ya adolescente, al ver agonizando una luciérnaga en el borde de una piscina, decidió dedicarse plenamente a la música. Y la verdad es que era inquietante la forma que tenía de tocar el Profesor Grük. Esa manera suya de arrastrar las plumas por la gélida superficie de las teclas. A nadie de la familia sorprendió el aspecto de aquel anciano profesor. Ni aquella desmedida manía por fumar compulsivamente. A veces, llegaba a fumarse varios cigarrillos a un tiempo, mientras mi hermana trataba en vano de comprender aquellos desagradables trinos, mediante los cuales el profesor Grük articulaba sus oraciones.

- ¡Pero por el amor de dios, no os dais cuenta de que es un estornino?. Preguntaba a mis padres, crispado las más de las veces.

Pero ellos ignoraban la cuestión. Quizás por miedo a dañar la sensibilidad del viejo Grük, y cortar así, la alentadora carrera musical de mi hermana.

Voyage au bout de la nuit



                                           Notre vie est un voyage  
                 Dans l´hiver et dans la Nuit,
                 Nous cherchons notre passage
                     Dans le Ciel où rien ne luit. 
                                                           
                                   


                                                             Canción de la Guarda Suiza, 1793



Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza.

Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una simple historia ficticia. Lo dice Litré, que nunca se equivoca.

Y, además, que todo el mundo puede hacer igual. Basta con cerrar los ojos.

Está del otro lado de la vida.


                                                                            Louis-Ferdinand Céline

martes, 9 de agosto de 2011

El Hombre Rata



Walt, "El hombre rata", en otro tiempo fue dibujante y le fue bien. Sus personajes poseían personalidad, y pronto destacaron entre las preferidas atracciones destinadas a los niños. El impacto fue tan grande, que no tardó en hacerse con su propia productora de animación.
Al principio, eran cortometrajes basados en breves piezas musicales, "Silly Simphonies", como él amaba denominarlas. Las animaba con singular talento, hasta que finalmente, su irrefrenable voracidad le llevó a dar el salto a la meca del cine.
Coqueteó con los más destacados dictadores del momento. Y el joven Walt aprendió pronto. Aplastó a sus trabajadores con sangrantes horarios y mezquinos sueldos. Esos mismos trabajadores que un tiempo atrás fueron sus propios amigos.
Fama, gloria y dinero se fueron amontonando. Mientras, padres y niños alucinaban con las disparatadas aventuras de sus personajes. Debido a su vida desordenada y a sus numerosos vicios, se vio abocado a codearse con lo peorcito de la alta sociedad, pero acosado por las cuantiosas deudas, no logró evitar dar con sus huesos en la quiebra.



Un ridículo rumor circula en torno a su persona. Este rumor argumenta que "el hombre rata" sufrió una parada cadiorespiratoria el 15 de diciembre de 1966.  Pero que minutos antes de morir, un científico chiflado lo raptó y transportó el cuerpo todavía convaleciente, a una apartada casa que adquirió mediante subasta, situada en el lujoso barrio residencial del Wending Est. Desde entonces, lo mantiene con vida, allí dentro, congelado en el interior de una nevera particular. 

Como podrán suponer no es más que una leyenda urbana.
Lo único cierto es que continua vivo. Y que el amor desmedido que sentía por uno de sus personajes, secó su escasa cordura.
Adoptó dudosos hábitos, más propios del mundo de los roedores que del mundo de las personas.
Todavía hoy, aseguran que pulula por los bajos fondos de la ciudad de Michigan, ignorando el significado de la moral. 
A veces, llega a ser tan infame su conducta, que atraca a desprevenidas señoritas con la ayuda de un punzón mugriento. Y cuentan algunos, los más honestos, que lo han sorprendido hurgando en los contenedores y en los bolsos de pobres e indefensas ancianas.

martes, 2 de agosto de 2011

Esperando a Godot



Silencio.
                           
Vladimir ( ofendido, con frialdad ) -     ¿ Se puede saber dónde ha pasado la noche el señor?

Estragón -    En un foso.

Vladimir ( estupefacto ) - ¡ Un foso! ¿ Dónde ?

Estragón  ( sin gesticular ) - Por ahí.

Vladimir -   ¿ Y no te han pegado?

Estragón -   Sí...No demasiado.

Vladimir -  ¿ Los de siempre ?

Estragón- ¿ Los de siempre ?   No sé.
                                                  
                                                                                                                          Samuel Beckett

OK KO


         
                                                                 Incitación a la contienda

"Ahora que no soy
más que un puñado de letras mal puestas 
arañando esta pretendida libertad que parece conceder la ortografía 
estampadas contra el salpicadero de la noche
esparcidas con restos de esperma, de sesos y caligrafía espantosa


Cavo un poema en la noche y en tu nombre
masturbo mi distancia y seguiré cavando hasta encontrar algo por lo que merezca la pena preguntar


Soy un ciudadano correcto. A veces me afeito  otras salgo a pasear mi tristeza


Mi trayecto es el rayajo que dibuja un epiléptico en su última convulsión
antes de ceder su impulso a la lumbre
de estar vivo y no saber".



                                                                                        U